Y solo porque llegó el lunes al ex Congreso en Santiago y todavía el Partido Socialista no aplicaba el veto al ingreso de subsecretarios a las comisiones. Todo, como represalia a los dichos de la vocera Cecilia Pérez, quien los llamó, antes de ser acusada constitucionalmente la ministra de Educación Marcela Cubillos, a aclarar los supuestos vínculos del partido con el narcotráfico, a propósito de la polémica en San Ramón.
El lunes el senador PS Carlos Montes le habría advertido a Bown que se tomarían medidas.
Para el martes, en el edificio del Congreso en Valparaíso la “prohibición” ya estaba en marcha. Y subsecretarios como Rodrigo Ubilla (Interior) o Claudio Alvarado (Segpres) se daban vueltas por los pasillos comentando que se trataba de una actitud “absurda” y “antidemocrática”.
Pero quizás la situación más tensa fue cuando el propio subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, llegó a la sesión de la comisión del ramo.
El diputado PS Juan Santana pidió la palabra y solicitó que Figueroa se retirara de la sala. Y no solo él, sino que también sus asesores.
“Esta actitud matonesca me parece insólita”, le retrucaba el diputado UDI Jaime Bellolio, tratando de contener la ira.
Mientras que el diputado RN Luis Pardo decía que no podían quedar cautivos del “capricho” de Santana.
Para reforzar la postura PS ingresaron más tarde a la sala el diputado PS Manuel Monsalve, quien no pertenecía a la comisión, y el senador Fidel Espinoza, que se puso de pie justo detrás de Santana. Incluso terminó sentado junto a él como si fuera un miembro más de la comisión.
A esas alturas los ánimos ardían. Quizás el único que mantenía la compostura era el subsecretario, quien, en actitud “zen”, observaba en silencio los enfrentamientos.
Luego, el diputado Diego Schalper hablaba del “show” del PS; la presidenta de la comisión, Camila Rojas (Frente Amplio), comentaba que las declaraciones del diputado Monsalve no habían aportado, y este último le retrucaba con “cuide sus palabras” y “no me falte el respeto”.
En medio de los ácidos dichos que iban y venían, el diputado Pardo le dijo al senador Espinoza algo así como que todo se podría solucionar si el PS explicaba públicamente la polémica por el narcotráfico, lo que desató la cólera del socialista, quien habría llegado a pronunciar un insultos de grueso calibre.