Las ásperas intervenciones de algunos diputados le agregaron
intensidad al debate sobre la ley que restringe el consumo de tabaco.
Hubo algunos honorables que dispararon contra el Senado por
haber incluido modificaciones que disminuían
al mínimo las posibilidades de fumar en espacios cerrados, como bares; y
abiertos, como estadios. “Eso es fanatismo”, respondió el DC Juan Carlos Latorre,
quien recordó que hay senadores que apoyan el consumo de marihuana e igual se
van contra el pucho.
Latorre también ataco al ministro de Salud, Jaime Mañalich,
por lanzar sospechas respecto de las presiones de las tabacaleras para que la
iniciativa no fuera aprobada.
Otro UDI, Ignacio Urrutia, califico de inaceptables las
sospechas lanzadas por el titular de Salud. “Que lo digan los parlamentarios da
lo mismo porque acá se dicen tantas cosas”, reflexiono.
“Un paradero de micros con techo y pared es lugar cerrado”,
grafico el UDI José Antonio Kast, acentuando uno de los puntos que generaron más
discordia y que se refiere a la definición de espacio cerrado.
La tensión no se reflejó en la votación porque la mayoría apoyo
los cambios del Senado. El DC Pablo Lorenzini intento protagonizar una
performance con Mañalich, el evidente
triunfador en esta pasada, al exhibirle una cajetilla de cigarrillos. El ministro,
con aire satisfecho, saco un pucho y lo quebró, dando a entender que al menos
la batalla legislativa contra el tabaco la había ganado.